Como se acercaba un fin de semana largo, el del 1º de Mayo, decidimos realizar una escapada un poco más lejos de lo habitual, y nos hemos ido a tierras Sorianas.
El viernes a media tarde llegamos al parking de la Laguna Negra, y decidimos posponer la excursión para el día siguiente, por que estaba muy nublado y hacia frío.
La mañana del sábado, se levanto despejada y después de desayunar iniciamos nuestro paseo hacia la Laguna Negra, se puede subir en autobús, pero como llevamos a los perros optamos por ir caminando, solo son 2 km.
Situada a 1700 metros de altitud, es una laguna de origen glaciar, rodeada en casi su totalidad por un impresionante muro de piedra.
Soria es tierra de leyendas, y una de ellas cuenta que la Laguna Negra, no tiene fondo y que esta directamente comunicada con el mar.
Nuestra idea era, desde la Laguna negra subir hacia la Laguna Helada e intentar acceder al pico Urbión, pero tuvimos que desistir porque todavía había mucha nieve y no íbamos preparados.
Pero visitar la Laguna Negra merece la pena.
Hacerlo tempranito, porque aquello se pone imposible de gente.
Después de visitar la laguna negra, bajamos a ver el pueblo de
Vinuesa, Es un bonito pueblo lleno de calles adoquinadas, y con una bonita iglesia, en lo alto de la cual anidan un montón de cigüeñas.
Nos paramos a comer a orillas del embalse de la Cuerda del Pozo
Lo siguiente que hicimos fue ir a visitar el pueblo de Nódalo, os recomiendo que os deis un paseo por el blog de
Javier "Nódalo"..
Es un pueblo pequeño, que en si no tiene nada en especial, a excepción de sus gentes y su paisaje, y la tranquilidad que allí se respira, parece que el tiempo se haya detenido
Como he dicho, sus gentes son fantásticas, nada más llegar, unos señores vinieron a saludarnos y ofrecernos un botijo con agua fresca de manantial, después paseando por el pueblo, conocimos a un matrimonio, que viven en cataluña, en el pueblo de al lado del nuestro, se ofrecieron a dar un paseo con nosotros y por el camino se nos junto otra señora, la verdad es que fue fantástico.
Apenas estuvimos tres horas en Nódalo, pero como allí parece que el tiempo se haya detenido, la verdad es que lo disfrutemos mucho y nos sentimos como si llevamos toda la vida allí.
Nos gustaria dedicar esta foto, con especial cariño a Javier, Esperamos poder volver algún día a Nódalo y fotografiarnos en esta fuente, para poder ver como a pasado el tiempo por nosotros, pero no por la fuente.
Calatañazor, donde Almanzor perdio su tambor.
De calles empinadas y casas de adobe y madera, destacan las chimeneas cónicas.
Esta villa medieval se alza sobre un cerro con vistas al Valle de la Sangre.
En lo más alto destacan las ruinas del castillo,cuyas murallas rodeaban la villa.
Nos quedamos a dormir a mitad de camino entre Nódalo y la gasolinera de la Venta Nueva, en un paraje rodeado de encinas, fue una noche fenomenal.
No podemos dejar la provincia, sin visitar su capital
Soria.
Lo primero que fuimos a ver, fue la
Ermita de San Saturio.
Situada en el margen del rio Duero, se accede a ella por una cueva situada en su base.
Estuvimos paseando a orillas del rio Duero, peisaje que cantó Machado en sus versos. Y después fuimos al centro de Soria, Descansamos un rato en el parque de la Dehesa
Para perdernos después por sus calles, el Collado, que es la calle principal, El tubo, donde nos tomamos un cojonudo con una cañita en un bar llamado Poli, después fuimos a la plaza Herradores, donde nos comimos unas gambas rebozadas en el Iruña.
Antes de iniciar el viajes, nos pusimos en contacto con Javier para que nos diera alguna información de que sitios visitar, y nos mando un mail recomendados entre otros, la iglesia de Santo Domingo, la Concatedral de San Pedro, Los arcos de San Juan de Duero, el Castillo, etc.
Pero con un niño de 4 años, que los únicos monumentos que le interesan son los columpios, nos dejamos muchas cosas por ver.
Será una buena excusa para volver a Soria.